El 11 de Junio de este año quedará marcado en mi retina el resto de mi vida. Nació mi hijo Oliver. Un cúmulo de sentimientos llegó en ese momento: afloramiento de miedos interiores, responsabilidad, fuerza, creatividad, amor,…Nace así una nueva etapa que afronto con mucha ilusión.
Reconozco que estos sentimientos sumados al hecho de ser un parto en casa (muchas gracias Inma Sarries), ha aumentado notablemente mi consciencia, la de mi mujer y nuestra visión del mundo.
Sé que cualquier decisión que hubiésemos tomado, habría sido la mejor para la llegada de nuestro hijo, pero en este caso después de muchas lecturas, consultas y formaciones, nos dejamos llevar por la intuición. Supimos que para nosotros era la mejor opción.
Pues bien, llegado el momento, cuando ya tienes a tu hijo en brazos, en la intimidad de tu casa, recién nacido y sin experiencia previa, te hace pensar muchas cosas. Muchos pensamientos acechan tu cabeza, desde algo tan básico como darle de comer y arroparlo cuando está durmiendo, hasta la mejor forma de acompañarle en su camino por el futuro.
Como coach financiero no ha sido hasta ahora que me he planteado qué hacer por mi hijo y por mi mismo para que los valores, sentido común y el criterio propio sean el centro de su vida. El enseñarle a tomar sus propias decisiones, con criterio y sin hacer caso a los 7 millones de estímulos que nos bombardean diariamente, quizás sea la mejor herencia que le puedo dejar.
Una de las primeras cosas que le quiero enseñar (y que harán que su vida no esté condicionada por el dinero) es el poder del interés compuesto…sumado al poder del efecto compuesto. Vamos al grano!.
Es fácil deducir que el efecto compuesto (hay un libro fantástico que explica todo esto de «Darren Hardy – El efecto compuesto«), es la suma de lo que hacemos de una manera reiterada en el tiempo. Ese pequeño hábito, acción o esfuerzo que repetimos multiplica su efecto a largo plazo y tiene un efecto inmensamente mayor que un esfuerzo puntual (por grande que sea).
Sólo hace falta fijarse en la naturaleza para observarlo. Un árbol en sus primeros años de vida a pesar de crecer rápido, es débil y fácilmente moldeable, pero al crecer lentamente con los años puede llegar a aguantar grandes temporales. Quizás no nos demos cuenta de como incide el efecto compuesto en nuestras vidas.
Por otro lado, el interés compuesto, es el resultado aportar de manera reiterada en el tiempo una cantidad de dinero (por ejemplo en una inversión), sumando los intereses que nos generan. Sin retirar nada, la cantidad de dinero total aumenta exponencialmente, al igual que los intereses que nos van pagando año tras año por la cantidad total.
Te lo explico en con ejemplo: si invertimos anualmente 2000 Euros desde los 18-25 años, por los que nos remuneran al 10% (200 Euros de intereses el primer año), y a partir de los 25 solamente ingresamos los intereses anuales, dejando de aportar los 2000 € anuales, a la edad de 65 años tendríamos…..1.138.676 €. Es el poder del interés compuesto.
En los 18 años que van desde que tu hijo nace hasta que es mayor de edad, te garantizo que le puedes pagar más que de sobra la Universidad (te invito a que lo calcules).
Resumiendo, el interés compuesto sumado al efecto compuesto podríamos decir que es la novena maravilla del mundo!. Es por eso que si eres de esos padres que al igual que yo quiere lo mejor para su hijo, te recomiendo que contemples esa posibilidad como una de las mejores decisiones que puedes tomar para asegurar su futuro.
No por ello quiero decir que vaya a ser tan fácil, primeramente porque si no eres precisamente el mejor ejemplo de gestionar tus finanzas, por mucho efecto o interés compuesto que conozcas, conseguirás como mucho construír un castillo….de naipes, que con un pequeño soplo caerá.
Como en cualquier construcción, no vale de nada empezar por el tejado, si la base no es sólida. ¿Vivirías tranquilo en una casa así?. Aunque tengo una buena noticia, te quiero ayudar a mejorar la gestión de tus finanzas, lo que sumado al efecto compuesto + el interés compuesto, haga que tú y tu familia seais IMPARABLES!.
Tu ejemplo con las finanzas domésticas es el complemento perfecto, para que sin decir nada, poco a poco tu hijo/a, vaya viendo como se hacen las cosas de verdad, y decida él mismo si quiere disfrutar de su vida gracias a que el dinero trabaje para él o trabajar para ganar dinero (viendo la vida como un gran esfuerzo donde no hay tiempo para disfrutar).
«Todo lo que vivamente imaginamos, ardientemente deseamos, sinceramente creemos y entusiastamente emprendemos… inevitablemente sucederá«.
Anónimo
Te dejo reflexionando!!!….pero recuerda, el tiempo pasa….y el poder del interés compuesto también!!.
Un abrazo.
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Enhorabuena por partida doble. Por orden de importancia, en primer lugar por la dicha de la llegada de vuestro primogénito, y en segundo lugar, por este estupendo blog!
Muchos éxitos!
Muchas gracias Ángel. Aprendo de gente como tú!.
Un fuerte abrazo.
David
Hola David!! Enhorabuena por este artículo tan ilustrativo, me siento muy identificada para poder hacer lo que planteas sobre el interés y efecto compuesto con mi ahijada que tiene ya 18 meses.
Por otro lado, decirte que tengo 31 años ¿qué recomiendas hacer a los jóvenes menores de 35 años? y a los mayores de 35?
Gracias!!
Un saludo,
Lucía Lavandeira
Muchas gracias Lucía. Me alegro de que te haya servido.
En cuanto a tu pregunta, depende del caso concreto, pero sobre todo aprender a gestionar bien sus finanzas personales. A partir de ahí, diseñar un plan específico dependiendo de los objetivos que tenga la persona.
Un fuerte abrazo.
David